Cuidar de tus juguetes eróticos hará que puedas disfrutar de ellos más tiempo. Recuerda que tienen una vida útil limitada: con el paso del tiempo podrás notar cambios en su color, material o textura. De todos modos, poder disfrutar de ellos durante muchos años solo depende de ti.
* Algunos juguetes son más resistentes al agua que otros, pero siempre hay partes más delicadas. Siempre que los laves, debes tener cuidado con las ranuras de carga (USB) y otros compartimentos. Retira las pilas antes de lavarlos, así como en caso de que no lo vayas a usar con frecuencia.
* Otro error muy frecuente es confundir la etiqueta “sumergible” con “resistente al agua”. Que se puedan mojar no significa que puedas sumergirlos. Antes de nada, asegúrate de que tu juguete lo permite.
* Evita lavar tus juguetes sexuales en el lavavajillas como sugieren algunos portales de poca confianza. No es el lugar adecuado y no podemos garantizarte que tu juguete siga funcionando si empleas este método.
* Cuando lo uses, asegúrate de que el lubricante que eliges es respetuoso con sus materiales, como los de base acuosa. Evita los lubricantes de aceite o siliconas, ya que podrían dañar tus juguetes.
¿Cómo y dónde guardar mis juguetes eróticos para que se conserven por más tiempo?
Elegir el lugar donde guardar tus juguetes sexuales es tan importante como su limpieza. Y es que cuidándolos de forma adecuada mantendrás su forma y harás que duren más tiempo.
Algunos fabricantes incluyen sus propias bolsitas de almacenaje. Si no es tu caso, puedes guardarlos en un neceser o una bolsa de satén, así como en una caja o recipiente cuyas condiciones higiénicas sean óptimas. No utilices la caja original del producto, ya que no tiene por qué reunir las condiciones higiénicas adecuadas para su mantenimiento.
Antes de guardar tu juguete sexual, es importante que esté limpio y completamente seco. Si tienes varios juguetes, guárdalos en bolsitas o recipientes separados, de forma que no entren en contacto unos con otros.
A la hora de elegir dónde colocarlos, elige un lugar fresco y seco, alejado de cualquier fuente de calor y de la exposición solar. Si quieres tenerlo en la mesita de noche, guárdalo en un cajón (siempre dentro de tu bolsita o caja) y nunca lo dejes a la luz o en superficies donde pueda acumular polvo y otras bacterias.